
Minga de reforestación (Fotos cortesía)
(Redacción Tulcán).- En el sur de Tulcán en donde nacen los afluentes del río Tajamar se sembraron mil 500 plantas de árboles nativos, el objetivo cuidar las fuentes de agua, guanderas, alisos, polipelis y acacias naturales se sembraron en alrededor de una hectárea y dos cientos metros de terreno. En base a la minga y la participación de 120 personas se sembraron los árboles.
Comuneros del sector de los Cuacés donde se reforestó al igual que representantes de varias instituciones públicas y población en general se sumaron a esta iniciativa ambiental, el objetivo es concienciar a la población sobre la importancia del cuidado de los recursos hídricos y los bosques.
Álvaro Mantilla, director de Ambiente (MAE) en la provincia explicó que por el Día Internacional de los Bosques que se celebra cada 21 de marzo, se organizaron varios eventos enmarcados a socializar la importancia del cuidado de los bosques.
En el Ecuador el 51% de los bosques nativos aún se conservan en ellos habitan etnias autóctonas y hay gran diversidad de flora y fauna, los bosques no solo proveen de aire puro sino que también son generadores de agua y se constituyen en laboratorios en donde se consigue un sinnúmero de plantas para curar varias dolencias.
Deforestación
A nivel nacional las provincias que más se deforestan son Esmeraldas y Manabí y en el oriente cuatro de las seis provincias sufren deforestación. Se calcula que más de 61 mil hectáreas se deforestan por año
La provincia del Carchi no es una provincia donde se deforesta sino sirve de paso de madera que sale desde Esmeraldas y Sucumbíos, pero el objetivo es que la gente conozca los problemas de la deforestación y los daños que provocan.
Socio bosque
El Ecuador es uno de los países que más protegen los bosques, en la provincia del Carchi dos de cada tres socios cuidan de las áreas protegidas que incluyen el páramo.
La Comuna de La Libertad tiene bajo su cuidado tres mil hectáreas, la Asociación de Trabajadores Agrícolas Tufiño cuentan con mil 700 hectáreas, 700 de ellas en socio bosque y los comuneros de La Esperanza con alrededor de ocho mil hectáreas.
Las tres comunidades se benefician de un incentivo económico para el cuidado de los bosques y el páramo, en base a un plan de inversión se destinan los recursos.